Mi primera impresión sobre «Hipnoparto»

Lo cierto, es que cuando escuché el término Hipnoparto por primera vez, no quise saber nada del tema. Ya estaba embarazada, de pocas semanas, y tenía claro que quería un parto natural y fisiológico si era posible, pero cuando leí esta palabra, me causó, digámoslo amablemente, bastante rechazo.

Supongo que esto viene precedido de observar, que la sociedad en general (sin ánimos de ofender a nadie) estamos desconectados de nosotros mismos y de nuestra esencia. Donde el término hipnosis, nos han enseñado en los medios de televisión que es que un señor te saca en medio de un escenario, te pregunta dos cosas te cuenta hasta 3, y ya la conciencia de esa persona ha desaparecido. Hace lo que este señor dice, y cuando despiertas no recuerdas nada. En otras palabras, parece que quedas anulado completamente.

Así que, entendedme, yo que tenía ese concepto de la palabra hipnosis, y que a su vez, quería vivir el momento del parto de forma consciente, pensaba que te preparabas de tal manera que no sintieras nada, ni casi lo recordaras. Y me cuadra, por lo que comentaba antes, estamos muy desconectados de nosotros mismos, y a día de hoy el parto, en vez de ser una celebración donde un bebé llega al mundo y se le da una calurosa bienvenida, pues se le ve como un trámite que si no existiera, mucho mejor, que cuanto más rápido sea y menos me entere mejor.

En parte, lo comprendo, es la sociedad en la que vivimos y donde nos han llevado. Vivimos anestesiados de nuestros propios cuerpos, incluso de nuestros propios pensamientos muchas veces. Pero esto se podría hablar en otro post. Asi que volvamos al tema.

La cuestión que lo rechacé por completo. Me puse manos a la obra, con mi mentalización al parto propia, buscando información por mi cuenta, realizando mis propios cambios de creencias, mis afirmaciones diarias. Llego el momento que quería nacer mi niña, y mis técnicas, me funcionaron muy pero que muy bien.

Comprendí, que yo quería transmitir el conocimiento que había adquirido y que había puesto en práctica conmigo mismo a más mujeres, pero necesitaba ordenarlo, ponerle palabras, hablar de una manera más técnica…

Y de pronto, el Hipnoparto volvió a llegar a mí. Sus técnicas explicaban tal cual como me había preparado yo, sin ser consciente que había una base y evidencia real en esto. Entendí que funcionaba, porque aunque no me hubiera preparado con ello como tal, son los mismos recursos que utilicé yo, confiando en mi poder interior. No, no es dar a luz sin sentir, sin ser consciente. Es todo lo contrario.

Es tener las herramientas de poder mantener el estado de calma y serenidad en cada momento, y si nos salimos de ese estado de calma, saber como poder volver a él. Es tener la información necesaria de tu lado para conocer que derechos tienes. Es confiar en el sitio que has elegido para dar a luz, que te sientas cuidada, que no estás en peligro, fundamental para el proceso del parto. Es haber elegido conscientemente donde vas a parir a tu bebé. Es conectar contigo misma en este momento tan trascendental, confiando en ti misma y en tu bebé. Es conocer, que a veces las cosas se tuercen, y te tienes que salir de tu plan A, al plan B o incluso al C, y aún poder vivir el nacimiento de tu bebé de manera especial y única.

Asi que, al final, la vida te lleva a donde tienes que estar, y a pesar de renegar de ello, por prejuicios y sin haberlo conocido, ahora me encuentro en este punto, super agradecida, como facilitadora de Hipnoparto, para acompañar a las mujeres que sientan que otra forma de nacer es posible. No desde el miedo y el dolor, si no desde dar la bienvenida al mundo a su bebé sabiendo que es un momento único y especial y que se nos va a quedar grabado por siempre en nuestro interior.

Hay una frase de Michel Odent que me encanta y que quiero compartir para cerrar este post: «Para cambiar el mundo, es necesario cambiar la forma de nacer».

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